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Y en este tiempo de desconfinamiento, con una celebración eucarística, acaban de celebrar su 5° aniversario en la capilla San José. En esta entrada te contamos su historia, en palabras de una de sus miembros: la señora Gabriela Giménez.
"Hace 5 años, en una reunión de comunidad, se solicitó voluntarios para abrir la capilla un día a la semana.
Se ofrecieron dos personas.
Ese primer día, sin embargo, llegó solo una de las voluntarias y una amorosa vecina. La otra voluntaria lo olvidó, pero a la semana siguiente llegó a cumplir su compromiso.
Así comenzó la historia de un pequeño grupo grupo de personas que dispone parte de su tiempo para acercarse a Dios e interceder por sus vecinos y el prójimo que necesite oración.
Desde entonces nos reunimos a pedir por los enfermos, se recuerda a los difuntos y se ruega por todas las necesidades de cada uno y de la comunidad. Y como Dios nos quiere felices, también se comparten las alegrías, por eso, luego de pedir a Dios, se da gracias y se celebran los aniversarios y cumpleaños.
Estas reuniones están llenas de confianza, cariño y respeto. Primero fue los martes, y tiempo después los viernes.
Con la llegada de la pandemia no nos pudimos seguir reuniendo, así que comenzamos a comunicarnos por teléfono para saber unas de otras, pero nos hacía falta vernos. Echábamos de menos poder encontrarnos.
El teléfono nos servía, pero ya era mucho tiempo de alejamiento. Fue así que comenzamos a mirar la tecnología, un regalo de Dios a nuestro servicio.
Vimos que se estaban haciendo reuniones y cursos con las nuevas modalidades y nos preguntamos ¿por qué nosotras no podíamos? fue así que dejamos de lado nuestros miedos y nos lanzamos. Y aquí seguimos. Nuevamente juntas, gracias a Dios y a la tecnología.
Y en este quinto aniversario, la Divina Providencia permitió que 7 de 11 nos pudiésemos reunir nuevamente de manera presencial en torno a la Eucaristía".
