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Más de 50 participantes vivieron el Retiro del Espíritu Santo en nuestra parroquia

  • Foto del escritor: donorionechile
    donorionechile
  • 30 sept
  • 2 Min. de lectura
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El sábado 27 de septiembre nuestra Parroquia San José Benito Cottolengo vivió una experiencia profundamente espiritual con la realización del Retiro del Espíritu Santo, una instancia que reunió a más de cincuenta personas entre adultos, padres de catequesis de primera comunión, catequistas y catecúmenos de la catequesis online. El encuentro tuvo lugar en el Pequeño Cottolengo de Cerrillos, que abrió generosamente sus espacios para acoger a la comunidad parroquial. Desde la bienvenida, animada con dinámicas de integración y acompañada por unas palabras de Andrés Cortez, delegado de Alpha en Chile, se respiraba un ambiente fraterno y de apertura. Todo esto fue posible gracias a la ayuda y gestión del Centro Pastoral Juvenil Vocacional, que apoyó a la parroquia en la preparación de esta jornada.


El itinerario estuvo centrado en el programa Alpha Jóvenes Renovada, cuyos contenidos y preguntas fueron el punto de partida para profundizar en la fe. Los temas fueron guiados con dedicación por los catequistas de la parroquia, quienes acompañaron cada espacio y ayudaron a los grupos a dialogar, compartir experiencias y descubrir juntos la acción del Espíritu en la vida cotidiana. En cada reflexión se vivió un ejercicio de comunión, donde la diversidad de edades y trayectorias se convirtió en riqueza compartida y en verdadero testimonio de Iglesia viva.


Uno de los momentos más significativos fue la enseñanza del párroco, padre Claudio Quintanilla, quien desarrolló el tema sobre los dones del Espíritu Santo. Su intervención estuvo enmarcada al inicio y al final por el canto del hermano Sebastián Vega, que con su música dio un tono aún más profundo y emotivo al encuentro, convirtiendo ese espacio en una verdadera oración comunitaria. Palabras y cantos se unieron para hacer resonar en los presentes la certeza de que el Espíritu no es una idea abstracta, sino la fuerza viva que anima, fortalece y renueva la misión de la Iglesia.


La jornada concluyó en un ambiente de gratitud y alegría. Los participantes volvieron a sus hogares con el corazón encendido, renovados en su fe y con la convicción de que el Espíritu Santo sigue actuando hoy, impulsando a la parroquia a caminar unida, fortalecida y esperanzada. Como comunidad queremos expresar un agradecimiento especial al equipo de cocina del Pequeño Cottolengo, cuyo servicio generoso hizo posible que todos pudiéramos compartir la mesa en un clima fraterno. Más que una actividad formativa, el retiro fue un Pentecostés comunitario, donde la presencia del Espíritu se hizo palpable en los rostros, las conversaciones y la oración compartida.


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